lunes, 27 de noviembre de 2006

Más sobre caballos

Ponies o ponys o ponnies o como sea. Bonita manera de empezar una semana, chicas, hablando de estas cosas.

Sólo me queda una abuela viva y con ella tengo mi pony.

Hay parejas que son ideales. Mis padres son geniales como padres (aunque, cada vez más, yo también veo que se hacen mayores) pero nunca han sido la pareja perfecta, si nos ceñimos a los manuales de cuentos románticos.

Mis padres me han enseñado muchas cosas, ojala consiga enseñar a alguien la mitad que ellos. Entre ellas que el amor es dejar a tu familia y tu lugar por alguien. O que el amor es tragarse el orgullo.

Cuando yo no era mayor de edad asistí a una discusión dónde mi abuela recriminaba a mi madre el casarse con mi padre. Es una de las pocas veces que he visto a mi padre callado (y eso en él, y en mí, cuándo pasa es para tenerlo en cuenta). En ese momento el impúber (bueno en verdad ya me había dejado barba una vez… en eso fui el primero de clase y de mis amigos) saltó con la mayor furia que recuerdo y, tratando de usted a mi abuela, le indiqué que dejara de meterse con mis padres. Además de conseguir que mi abuela se callará (que es otro récord en sí mismo) ese fue el inicio de una relación diferente entre todos. Nos alejamos de ella.

Ahora releo esto y pienso que para alguien que no lo vivió puede ser la más soberana tontería. Explicar que aquel día mi abuela se convirtió en la persona más odiosa del universo… lo siento. Fue un instinto de protección hacia mis padres. Desde entonces siempre me cuesta tratar de usted a la gente sin pensar en mi abuela. Y no es agradable tener sólo una abuela viva y que tu recuerdo más vívido sea este.

Besos y abrazos.

Cuídateme.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí no me parece una tontería. A veces, los abuelos se olvidan de que lo que puedan decir de sus hijos/nueras/yernos puede hacer llorar a sus nietos...

Anónimo dijo...

Me encantan los caballos... pero creo que no voy a volver a mirar los ponis con los mismos ojos...
Mi "poni": el miedo a la muerte que tantos malos ratos me ha hecho pasar. (Y podría decir otro pero con este ya tengo suficiente)

neblina dijo...

A mi me parece un poni, pero no soy una experta, aunque lo mejor de los ponis es poderte reir de ellos, y no te veo echándote unas risas con este, busca uno que provoque una sonrisita... anda

Tako dijo...

Almost Evil

Bienvenida por Takolandia.

Si todas las familias tienen historias raras.

Desconocida

Comparado con el tuyo el mío no es ni poni ni nada.

Neblina

Bueno, como en el corto, cuándo hablas de un poni no siempre es con risas.


Un beso a todas

Anónimo dijo...

Totalmente cierto: no todos los ponis hacen reír (como por ejemplo el que obvié). Pero voy a contaros uno que sí hace reír (aunque durante unos años no me reía).
"De pequeña pasaba las vacaciones en el pirineo catalán, en unos apartamentos con jardín comunitario. Allí hice mis primeras amistades (francesas, por cierto). Una noche, cuando mis hermans y yo dormíamos, mis padres bajaron un momento a tirar la basura. Qué casualidad que voy yo y me despierto pidiendo agua. Grité y grité pero no venía nadie, y desperté a mi hermana (yo tenía 5 años y ella 1 y medio). Nos levantamos, seguí llamando a mis padres ¡pero no había nadie! ¡En ese momento empezó el trauma: "mis padres se habían ido y nos habían dejado solas"! Intenté salir al balcón pero no pude abrir el cerrojo y no se me ocurrió nada más que saltar por la ventana (suerte que el balcon era grande) con mi hermana. Comprové que mis padres no estaban en el jardín, y pregunté por ellos a unos vecinos que charlaban. Mis padres no tardaron en llegar y me consolaron... Pero durante muchos años continué pensando que habían estado fuera una eternidad (cuando en realidad fueron escasos minutos).
Ahora me río de lo de saltar por la ventana con mi hermana pequeña (pobrecita): ¡¡qué ocurrencias las mías!! En defensa de mis padres quiero decir que seguro que dicen la verdad y q me quieren muchísimo. Pero yo no dejaré a mis hijos solos ni por bajar a recoger el correo.

Anónimo dijo...

Bueno, de hecho "saltar" era bastante fácil teniendo en cuenta que había suficiente con subirse al sofá, abrir la ventana, subir a la repisa de la ventana y dar un pequeño salto al balcón. No me resultó difícil coger a mi hermana en brazos. Sí, tiene su gracia: ¡¡de pequeños tenemos unas ocurrencias de bomberos!!! (Yo tuve alguna más que podría haber sido un poni de mi otra hermana si no fuera porque ella no recuerda nada).

Candela dijo...

Yo tampoco soporto que nadie "ataque" a mi gente. Es algo superior a mi...