Discurso de agradecimiento
Editado por Tako: Tras ser linkado en el exterior Sr. Villet lanza su discurso de agradecimiento.
Familia asistente, señores de la academia, miembros del público:
En estos días en que el grajo vuela bajo y hace un frío del carajo consejos vendo (y para mí no tengo). De músico, poeta, y loco… todos tenemos un poco, por ello me permito poner al mal tiempo buena cara y pensar que a creique y penseque los ahorcaron en Madrid.
No es que pretenda poner una pica en Flandes, ni subirme a mayores (no se diga de mí que hasta los gatos quieren zapatos y los ratones calzones). ¡Nada de esto! Al fin y al cabo, el que nació para octavo nunca llegará a ser cuarto. No hay que pedir peras a olmo, ni a las ranas pelo, pues nadie da lo que no tiene (a perro flaco todo le son pulgas) y en mi pobre mollera no hay más cera de la que arde (aunque la mona se vista de seda, mona se queda). Más sabe el diablo por viejo que por diablo (aunque cuando no sepa que hacer con el rabo mate moscas)… el tiempo es el mejor de los maestros pero mata a sus discípulos. La experiencia es la madre de las ciencias y a quien a buen árbol se arrima, viene un perro y se le orina.
En esta vida, en la que ponemos piedras en la cebada a bestia comedora, considero lo más acertado que a bicho que no conozcan, no le pisen la cola (aunque no es tan fiero el león como lo pintan). Cuando el gato (que de noche siempre es pardo) no está, los ratones hacen fiesta. Cada loco va a su tema, cada necio agrada su porrada y a cada pajarillo agrada su nidillo. Cada uno cuenta de la feria como le va en ella y sabe donde le aprieta el zapato. ¡Basta! O jugamos todos o rompemos la baraja. Gustamos de complicarnos la cosas: si yo pudiera, si yo hubiera… desde que se inventaron las excusas todo el mundo las usa, cree el ladrón que todos son de su condición y el ojo del amo engorda el caballo. ¡Pamplinas! Las cosas claras y el chocolate espeso, al pan, pan, y al vino, vino. ¡A lo hecho, pecho! Con la vara que midas serás medido y a quien Dios se lo de, San Pedro se lo bendiga.
Dirán que esto es hablar a humo de pajas. Con tantos dimes y diretes, distingos y considerandos, entre Pinto y Valdemoro aún está la pelota en el tejado. Para este viaje no necesitaba alforjas, me ando por las ramas y marcho por la tangente (nunca mejor dicho). Machaco en hierro frío y es más el ruido que las nueces. En fin, este es el cuento de la buena pipa (el de nunca acabar). ¡Pues mal dicho! No es lo mismo ver los toros desde la barrera, que verse en las astas de toro, al pie del cañón, con el corazón en un puño, sudando el quilo con la camisa que apenas te llegue al cuello. Se que más vale maña que fuerza pero no dejo de buscar tres pies al gato ni la aguja en el pajar. Y se que, en el fondo, el burro es grande, ande o no ande… pero a río revuelto, ganancia de pescadores. Todos esperamos que caiga el árbol para hacer leña. A rey muerto, rey puesto.
A grandes males, grandes remedios… pero a la fuerza, ni los zapatos entran. ¡A su tiempo maduran las uvas! La ocasión la pintan calva que con paciencia y con maña, un elefante se comió una araña. Amanecer y veremos, dijo un ciego, y amaneció y no vio. Los hay que se visten de lana y no son ovejas (unos nacen con estrella y otros estrellados ya que la suerte es para quien la busca y tiene la suerte de encontrarla). Cuando alguien querido te pida que te tires por un tajo, pídele a Dios que sea bajo. Nadie es prefecto pero ¿quien quiere ser Nadie? El mejor escribano echa un borrón. Menos mal que cada día es maestro del anterior y discípulo del siguiente.
No hay que leer la cartilla a nadie pero… unos consejos: no quieran ser más papistas que el Papa. Paciencia y barajar, que no se ha muerto Dios de viejo. ¡Hay más días que longanizas! Principio tienen todas las cosas pero no mienten la soga al ahorcado y vístanse despacio si tienen prisa. Den tiempo al tiempo que no por mucho madrugar amanece más temprano ni se ven vacas en camisón (aunque a quien madruga Dios le ayuda). Despacito y buena letra que poco a poco hila la vieja el copo. Con el tiempo maduran las uvas y rectificar es de sabios equivocados. A buen entendedor pocas palabras bastan, dejen a cada maestrillo con su librillo. ¡Más sabe el loco en su casa que el sabio en la ajena! Cuando un camello vuela nadie se ríe si no llega lejos. Cada uno tiene su San Benito colgando, uno se entiende y baila sólo… aunque algunos privilegiados saben bailar al son que toquen. Cada cual en su casa y Dios en la de todos y a Dios rogando y con el mazo dando
Todo es relativo en la vida: el clavel es mucho más bello que un repollo (pero prueba a hacer una sopa con un clavel), si te aplauden nunca presumas hasta saber quién te aplaudió, demasiado al este es oeste, la rosa tiene espinas pero ¿tiene pétalos el atún?, para la hormiga el rocío es una inundación, los pájaros pueden olvidar la trampa pero la trampa no olvida los pájaros, el enano ve gigantes por todas partes y hay una delicada línea entre pescar y hacer el imbécil en un río. Puntualiza cuanto puedas: el azúcar no engorda, el que engorda es el que se la toma.
Críen fama y échense a dormir pero tengan claro que el que a hierro mata, a hierro muere. Quien entra en la Inquisición suele salir chamuscado, antes se coge al mentiroso que al cojo. Cuando una puerta se cierra se abre una ventana. Y no digo más por no irme de seguro, porque no respondo de mi mismo, ni las tengo todas conmigo; y, a lo peor, me salgo de quicio y mientras no me pase la perra tengo muy malas pulgas. Menos mal que palabras necias hago oídos sordos. ¡Ande yo caliente y ríase a la gente!
En fin, recuerden que no pueden tenerlo todo... ¿dónde lo meterían? Así, para no encontrarme con la horma de mi zapato, evitando caerme con todo el equipo, me curo en salud, haciendo punto y final (¡a buenas horas mangas verdes!, ¿no?)… aunque me dejo cosas en el tintero.
Editado por Tako 2: A mi que me registren, madre sólo hay una y a él le conocí en la calle.
3 comentarios:
Me he quedado que si me pinchan no me sacan sangre.
¡Impresionante!
Querida Enemiga
Sr. Villet inició un concurso (hace tiempo) con una amiga mía. Se trataba de un concurso de frases hechas: uno decía una y el otro le respondía con una parecida o contraria. A día de hoy (y si Sr. Villet no me corrige) el concurso aún sigue.
Le alabo el gusto, Sr. Villet.
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