viernes, 15 de diciembre de 2006

Uno de los grandes

En mi empresa tenemos servicio de cocina propio. No, no hablo de un catering. Tenemos un variable de cinco personas contratadas para alimentarnos. Hoy se va uno de los grandes: el cocinero (que, de hecho, entro como substitución). Y desde aquí queremos rendir homenaje a alguien que, de una vez por todas, ha dejado en ridículo la llamada Nouvelle Cousin Catalana, encabezada por Ferran Adrià.


Homenaje a nuestro ex-cocinero.

- Capaz de hacer unos raviolis a la carbonara con los siguientes requisitos: secos, salados, quemados, pasados, insaboros y duros (eso es, simplemente, arte).

- Por cocinar una paella (con mejillones, sepia, salchichas, pimientos, carne indefinida y demás) y que cada elemento sólo tuviera sabor a él mismo. Y el arroz no sabía a nada.

- Que ha conseguido que todos salgamos fuera de la empresa (con la complicación que esto implica) para comer, aunque sea en un chino.

- No conoce los cuatro grupos alimenticios: azúcar, gelatina, grasa y trocitos crujientes quemados.

- Ha hecho perder la paciencia a la persona más tranquila del mundo.

- Ahora cuándo alguien dice “yo esto lo cocinaría mejor”… te lo crees, sea quien sea.

- Gracias a él hemos reflexionado sobre las complicaciones, físicas y metafísicas, que conlleva hacer, por ejemplo, unas patatas fritas.

- Capaz de servir lentejas estofadas el lunes, ensalada de lentejas (de primero) el martes, ensalada de lentejas (de entrante) el miércoles, puré de legumbres (de primero) el jueves y puré de legumbres (de entrante) el viernes. Eso si que es duro, Lorz.

- Y además dice que cocina bien y que la culpa es de la gente.

- Ha mejorado la capacidad de comunicación no verbal del resto del grupo de cocina. Te dicen con los ojos frases como: “yo no puedo, trabajo en esto y encima tengo que comer su comida… pero tu... HUYE insensato, HUYE”.

- Su capacidad de sorpresa, eliminando en el último segundo el único plato que te hacía decir “va, quedémonos a comer aquí”.

- O no eliminarlo y que te preguntes la pregunta filosófica del millón (ni quién eres, ni adónde vas, ni de dónde vienes): “¿cómo consigue cocinar tan mal”.

- Ahora cuándo alguien me habla de las penalidades de la comida en la mili yo tengo algo que explicar que lo supera.

¿Cuál será tu última obra maestra? ¿Cómo culminarás, hoy, esta espiral artística? ¿Serás capaz de superarte a ti mismo?

No se si te echaremos de menos (más vale malo conocido)… pero seguro que nos acordaremos de ti.

3 comentarios:

~ Lola ~ dijo...

¡Pero qué artista!

¡Hay que nacer para poder hacer eso!

:D

Anónimo dijo...

Bien, me ha subido la autoestima, hay peores cocineros que yo. Y a ti seguro que te habrá bajado el peso Sr. Tako, jejeje.

Tako dijo...

Almost Evil

El mundo (bueno el mundo no, mi lugar de trabajo) ha perdido un genio.

Sueños

Es que el no hace la comida, la perpetra.