domingo, 17 de diciembre de 2006

… Recordando

Y Takolandia cruza el charco y convenze a Carolina para escribir este genial post. Ay. Que tiempos aquellos. Disfrúntenlo como ya hemos hecho nosotros.

Todos los días llegaba del colegio sobre el mediodía, a almorzar, nunca hacía siesta (lo que diera ahora por tener tiempo para hacerla) y a hacer las tareas rapidito porque a las 4 PM empezaba la franja infantil televisiva,

4:00 a 4:30 PM. Pequeños Gigantes: Que era algo así como una reunión de adultos que aún no habían conseguido trabajo ENTRE adultos y les había tocado trabajar con niños y para niños, haciendo caracterizaciones y personajes de, apenas ahora lo pienso, dudosa reputación. El que más recuerdo se llamaba Timpanio y era algo como un extraterrestre, de traje, obviamente plateado con franjas azules, para entonces ese entonces los utileros de los canales la tenían más fácil, todo se resolvía comprando rollos y rollos de papel de aluminio. Timpaniooo ooh ooooh. (Indagué con mis compañeros de trabajo y aunque todos recordamos pequeños gigantes, pocos recuerdan a mi adorado Timpanio, célebremente interpretado por el ahora famoso alrededor del mundo Carlos Vives…. Si señores. .. todos tenemos un pasado)

4:30 a 5:00 PM Si señoras y señores, niños del mundo regocíjense todos que ha empezado plaza sésamo!!!!

- Mami no ahora no, no ves que ya empezó!!!
- Pa’ pero porque no te esperas a que se acabe para querer salir a comprarme el helado, me lo hubieras traído antes no?
- Buaaaaaaaaaaaaaaaa Maaaami… Alvaro me quiere cambiar el canal!!! ( ni de sueños había dos teles por casa y mis hermanos son todos mucho mayores que yo de modo que ninguno quería ver mis programitas ñoños


No creo que para algún niño hispanoamericano nacido entre el 70 y el 80 sea desconocido Plaza Sésamo, que levante la mano el que no hay pensado que era lo máximo que el Host de un programa fuera un enorme pájaro amarillo llamado Abelardo del que no se sabía si era brillante, ya que siempre respondía acertadamente a las preguntas de los pocos niños (humanos) que vivían en la plaza, o si era realmente torpe y estúpido por las que el mismo hacía a los adultos. También recuerdo con mucho cariño a la rana René, este celebre personaje que no sólo protagonizaba en Plaza sésamo como reportero y experto en enseñar como dibujar triángulos con el índice, si no que además tenía un extraño affair con Miss Peggy en el Show de los Muppets. (Además aún recuerdo ‘el vendrá de la montaña alrededor, en vendrá de la montaña alrededor… el vendrá de la montaña, vendrá de la montaña, vendrá de la montaña alrededor. Clase de adverbios de lugar. Punto.) Uno de mis favoritos, el conde contar, que estilo, que majestuosidad, que manera de contar del 0 al 9, todas mis reverencias señor conde don excelentísimo contar. (Los vampiros entonces no daban miedo, eran psicopedagogos).

Cómo olvidar a ese maestro de los buenos modales llamado Lucas – el mostro* come galletas? Podía un personaje vivir solo DE comer galletas y solo PARA comer galletas, que vidonón!!!!

También vivían por allí un par de sicóticos, sicodélicos, Enrique y Beto, de ellos aprendí que tu mejor amigo no tiene que ser perfecto, que puede ser tonto y torpe como Enrique, o histérico psicorígido como Beto, además que se puede vivir vestido de rayas (que más creo vivían en pijamas) y bueno que es ‘normal ‘ que dos hombres vivan juntos, solos, que nunca se les conozca una novia y que no pase nada entre ellos (¿?).

Y bueno tantas otras ‘estrellas invitadas’ que pasaban cada día por allí: Abelardo, azul, de cabeza enorme y cuerpo anoréxico, torpe a morir. Pancho, también azul, más gordo, vivía detrás de unas cajas, de esas dónde se guardan las frutas en lo mercados, en medio de la plaza pero cabían allí un universo y medio. Mi adorable serpiente Silvia, que con sonoros silbidos enseñaba la sssssss (sólo salía cada 27, 28 o 29 capítulos cuando había dado toda la vuelta el abecedario, dependía de si se incluían la CH y la LL. ).

Y bueno, pasaba Plaza sésamo y luego seguía, según el día de la semana, José Miel (abejorro que nunca encontró a su madre y se conformó con verla en el reflejo de la luna al fina del cada capítulo), La Abeja Maya, el mundo no sería igual sin el amor por los insectos que nos inyectaron cuando niños, por que ella era: ‘Maya maya, nuestra amiga la abejita, que busca en todas las flores sacar la miel de la verdad… ‘ . Centella, había hombre-superhéroe más guapo en motocicleta que el? Y ese vuelo de su capa al final de cada capítulo después de haber ganado una batalla más contra Garra de Satán ‘ dokono dareka wa shiranai keredo. daremoga min na shitteiru. Gekko kamen wa dare deshou.’ (Se me están encharcando lo ojos carajo! ) y creo que era los jueves que ocupaba el lugar del prime time infantil: Mazinger Z, que vivan los japoneses!!!!! Esa enorme mole de metal, comandada con astucia, infinito poder y sabiduría por Koyi ka uto (admito que no se si está bien escrito, pero así sonaba) y que se enfrentaba al mal de mano de la robot Afrodita (si tuviéramos ese poder de disparar por las tetas las cosas serían taaaaaan bizarras) .

Bueno, después de que se acababa la franja sobre las 5:30 o 6 de la tarde, siempre me había quedado alguna tareita por hacer… - Ya voy mami… ya se acaban!!!!!! Sírveme el chocolisto** que ya voyyyyyy!!!!)

* Aprendí que no era monstro sino monstruo mucho después.
** Bebida achocolatada de rápida preparación en frío o caliente, no apto para diabéticos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

TAko bonito: Mil gracias, ha sido un honor. En poco publicaré en mi blog tu relato y será un placer, también para mí, tenerte allá.

Carolina

Tako dijo...

Ualaaaaaaaaaaaaa

Has dicho tetas.

Ualaaaaaaaaaaaa, ualaaaaaaaaaaaa y re-ualaaaaaa.

El placer ha sido mío, Carolina. Todo mío-

querida_enemiga dijo...

Ha sido genial leer cómo se llaman algunos de los personajes en Argentina... Sobretodo me han molado los nombres de Epi y Blas.

Anónimo dijo...

Felicidades, es bonito recordar tiempos pasados (aunque no siempre sean mejores que los presentes).
Me quedo con el monstruo de las galletas, jugábamos con la fantasía a que era yo el monstruo y aun recuerdo las carcajadas y como corríamos.
Un saludo.