miércoles, 21 de mayo de 2008

La triología de la confusión I: Cuando crees que me ves

Quizá sea el inicio de un mal día perder a mi padre y el trabajo. Mi primera preocupación es lo último. La situación laboral está mal, tengo cuarenta y seis años y una formación no comparable con ningún youtubbie. En la otra esquina del ring, mi padre sólo hizo una cosa buena en su vida. Duró un minuto. A los ocho meses y veinte días nací yo.

Tiene un punto irónico que me llamen para su velatorio. En el coche llego a un conslusión: si no está muerto lo mato.

La sociedad de la información es un peligro. Cualquiera con acceso a internet, sin demasiada inclinación al porno en general o al ocio en particular, puede obtener datos sobre tu vida y molestarte. Pese a ello, estoy explicando por tercera vez al cura la razón que me impide decir “algo sentido” sobre mi padre, el día del entierro.
- ¿Señor Rebert? – nos interrumpen
Me giro para observar a, sin duda alguna, un abogado.
- Perdone pero mi apellido es Oleri, me lo cambié hace años.
- El apellido materno…
- Premio, se ha llevado un gallifante.
- Debo pedirle que me de una muestra de sangre.
- ¿Le bastan unas gotas o quiere un barreno? Había escuchado que los abogados eran unos vampiros pero creía que era en sentido figurado.
- Debo comprobar que es usted el hijo de Rebert.
- Ajá… ¿así me ahorraría tener que explicar una cuarta vez la razón que evita que conozca a este hombre?…
- Sí… y además… debo comprobar qué es usted su heredero.
- No me lo diga… acabo de conseguir trillones de euros, un jet, un yate y una isla magnética para jugar con ella en mi tiempo libre. Eso mejoraría mi día.
Rebert S.L. Mi padre era investigador privado y me ha dejado su despacho. Perdonar si no salto de emoción pero tengo varias razones: el sitio no lo limpian desde el jurásico, está en el culo del mundo y a ver quién lo vende en pleno bajón inmobiliaria. Me siento observado… juraría que hay algo arrebujado en la esquina que me mira. ¿Un perro? Espera… es un hombre... menudo bigote…
- Snif, snif, buaaaaaa
- Ejem… hola soy….
- Robert Rebert... snif... es clavadito a su padre.
- Mi apellido es Oleri.
- El apellido materno… snif...
- Vale, ya he tenido el déjà vu… ¿Cuándo me van atacar?
- Soy Sandra…
No sé que me sorprende más… por un lado parece que hoy nadie quiera hacer caso a mis chascarrillos, por otro estoy perdiendo la capacidad de reconocer al sexo contrario…
- Déjeme adivinar: no le debió costar mucho la cirugía… lo barato al final sale caro…
- … Sandra Rebert…
- Vale, lo ha conseguido, me ha dejado sin palabras.
Aprovecha mi escasez dialéctica para soltarme, entre hipidos y sollozos, una historia, que no escucho, sobre las dificultades del trabajo de mi padre, lo mucho que se arrepentía de abandonarnos, el daño que hace esconder un secreto… hasta que recupero mi poder en la conversación con una genial replica.
- ¿Mi hermana?
El teléfono suena. Sandra sigue llorando.
- ¿Señor Rebert?
- No, soy Oleri. Me cambié de orden los apellidos.
- ¿Puede ponerse el señor Rebert?
- Si lo consiguiera sería el primer sorprendido...
- Dígale que soy Sir Villet, que le necesito.
- ¿Un caballero?
- Si, de la reina, no te jode.... Mire... ¿no está?
- Empiezo a pensar que no hablo claro.
- Dígale que ha desaparecido Rosebud, de Takolandia.
- ¿Tailanda?
- No, no. Takolandia es un… ¿tardará mucho el señor Rebert?
- Es la mejor pregunta metafísica que me han realizado jamás.
- ¿Le puede decir que me llame?
Cuelgo.

Recuerdo mi situación y mis prioridades: me han despedido y mi situación económica admite estafar unos euros a unos imbéciles.
- Sandra… por favor… deja de llorar un rato…
- Snif... ¿Si?
- ¿Quién es Sir Villet?
- Un ladrón que nos contrata.
- ¿Un ladrón?
- Sí, nos suele contratar para asegurarse coartadas… despistar a la policía con pistas falsas...
- ¿Debe algún pago?
Cojo el teléfono.
- Perdone, soy Oleri. ¿Puede pasarme con Selvilleta?
- Sir Villet... ¿Ya ha llegado Rebert?
- Tardará un poco pero me ha comentado que hasta que no cobre no piensa hacer nada.
- Dígale a ese maldito catalán usurero que, si viene, le pago.
Cuelgo. Espero. Esta mañana la mayor empresa de publicidad del país eliminaba mis servicios para contratar un niñato de veinti-pocos años. Espero. Les ha salido redondo, al ser freelance, no me han pagado ni un céntimo. Espero. Sandra me mira. Alguien como yo, lo escribió Frederic Beigbeder, tiene demasiados gastos. Sandra hipa. La ocasión la pinta calva. Ya.
- Hola, Sir
- ¿Quién es?
- Olieri, el socio de Rebert.
- ¿Vendrá ese maldito?
- Está un poco liado pero me ha dicho que puedo ir yo mismo y tomar las notas preliminares sobre el caso... y, de paso, me paga los atrasos... – cruzo lo dedos.
- Ya está tardando…
Preparo mi atuendo: gabardina, pipa, bigote postizo, sombrero de cazador, flequillo levantado, pantalones marrón claro, pajarita roja, gafas… sólo me falta tener un hermano argentino que me resuelva los casos.

Cuando llego todos me observan. He conseguido mi objetivo. Para reforzar la situación tiro El nombre de la rosa al suelo y lo quemo con mi lanzallamas de bolsillo. La primera impresión es la que cuenta.

Las alarmas anti-incendio saltan, nos cae encima una lluvia de agua y espuma. Sería un buen inicio de una película porno si no fuéramos cuatro chicos. Los otros tres sujetos presentes en la sala alternan la vista entre el libro que se consume y mi atuendo. Ninguno se esconde de la lluvia. Yo tomo mi propia fotografía del momento, mientras el pequeño incendio se sofoca y todos nos empapamos en mayor o menor medida. De izquierda a derecha: un hombre con pelo corto vestido con traje y corbata, un enmascarado con sombrero de copa, capa y puñales y un deforme con pantalones rojos que es el primero en hablar.
- Este hombre me cae bien, tiene un mágnifico gusto literario.
- Señor Oleri, él es Tako. A NOCHNOI no se acerque que hoy no ha comido. Yo soy Sir Villet… supongo que tendrá usted algunas preguntas.
Me siento Eddie Valiant.

2 comentarios:

Shessha dijo...

He de reconocer que me ha costado un poco coger el hilo del asunto, pero está bien, interesante e intrigante al mismo tiempo.
Al de la capa, copa y puñales creo q lo conozco. No llevará una Bengala escondida?

Espero ansiosa el desenlace de la Trilogía de la Confusión. ¿No había un nombre más corto????

Tako dijo...

Bueno sí, nombres más cortos hay pero nos hizo feliz este...

En algún momento (no aún) seguirá, principalmente cuando sepamos cómo seguirlo