jueves, 12 de abril de 2007

De recomendación: ¡Por bruja y envenenadora!

Es genial tenerlo de vecino.

Recuerdo la primera vez. Subí hasta la terraza por eliminación. Yo quería pedir azúcar a la vecina de al lado (que ya es lo suficiente dulce, ya) pero, ves a saber la razón… estaba apagada, quizás fuera de cobertura. Fui subiendo hasta arriba, llamado a puertas conocidas y desconocidas, hasta que la escalera me llevó a la terraza. La vista de la ciudad era genial. Plantas, olor a romero. Ding-dong.. Me abrió la puerta sonriendo:
Buenas tardes vecino… esto… quierodecir*… jajajaja… le parecerá extraño pero… ¿podría dejarme azúcar?
Me mira. Sonríe y, levantado la ceja, responde:
- ¿Por qué no se lo ha pedido a su vecina? ¡Parece muy dulce!
Ambos reventamos a reír.

Y ahora, siempre que podemos (básicamente: cuando no encuentro a la vecina), tomamos un café, hablamos un rato. Y, de vez en cuando, sin que él lo sepa, hago caso a sus recomendaciones.

Reconozco que fue irónico ir a la exposición con la persona que me presentó el mundo de las brujas, los sueños y otras magias buenas o malas (y, no os engañaré, la misma persona que repasará que no patine más de lo habitual per el idioma de Fabra**… ¡¡pobre Fabra!! ¡¡si levantara la cabeza!! suerte que hay personas que se preocupan por escribir como está mandado). Hace cinco años (casi hace cinco años, sí) reí. Y ahora las defiendo (y ahora río yo!!! Jejejejeje)



La exposición deja una cosa clara. Ya en la entrada hablan de los tabulare defixio o de las ligaduras como elementos para controlar al hombre (o para dejarlo impotente). De eso va todo el tema, ¿o no?. Hombres de la edad media que tenían miedo al sexo. No había aquelarre sin sexo. Los hombres tenían miedo al sexo… ¡¡pero las mujeres, las brujas, no!! Míralas… ¡¡pasan a brujas para ir al aquelarre y tener sexo!!

La sala dedicada al aquelarre, presidida por un cuadro genial, es, quizás, la que más personas podemos conocer. Tenemos mucha cultura mágica en Cataluña y éste cuadro nos da una idea de cómo se lo pasavan. Hablar ahora de la iglesia de aquellos tiempos, quizás no pondrá de mala gaita**. ¡¡Sin quizás!! ¡¡Si ya nos ponemos de mala gaita*** con la iglesia actual!!

Como no… nos muestran los elementos de tortura, escuchamos a los inquisidores en sus interrogatorios… mujeres que reconocen que llegaron a volando para adorar al diablo. Claro que… viendo o imaginando las torturas yo mismo me hubiera declarado bruja.

El recorrido muestra brujas de Goya, Shakespeare… que dejan entrever la transformación, primero de buenas (comadronas, hechiceras) a malas (vía Malleus Maleficarum) y, nuevamente, a buenas. La parte que preferí, de todas, fue la de los cuentos cerca del fuego**** y, ya que no hallé el cd que escuchamos, tendré que buscar el libro del cuál fueron sacados (¡Fabra está muy contento por la formalidad de esta frase!). Aparte de eso, unas canciones que, para cualquier maestra o maestro de infantil o primaria eran, como mínimo, curiosas (sí, curiosas es la palabra adecuada).

¡Ah! También vi el libro de visitas, vecino.

Y (reivindicaciones sobre lenguas aparte, que nunca faltan pero creo que sobran) no paré de reír con una prometedora:

- “Muy mal documentada, les falta información. Si la necesitan, llámenme”




Otras opiniones:

Pirineos
Uncajonrevuelto
Mediterraniadansa
La malla
Cat


*Mmmmm... ¿como se traduce daixonses?
**¿Tendría que decir el idioma de Cervantes?
***Bueno… creo que decir mala luna también es correcto pero mira, me hacía ilu cambiarlo. Además es lo que tiene la luna y las brujas… las brujas y la luna.
**** Sí, lo se... eso no existe... ¿o sí? Quizás tendría que poner cuentos de la abuela o algo así.